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sábado, 28 de noviembre de 2009

Redes sociales, relaciones virtuales

Por: Natalia P. Otero:EFE- REPORTAJES

Hace algún tiempo que las redes sociales se convirtieron en un entorno más donde relacionarse, disminuyendo o sustituyendo en ocasiones el natural acto de socializarse como siempre se ha hecho, no siendo necesaria la coincidencia espacial ni temporal entre los participantes.
Según algunos estudios, Facebook puede provocar problemas emocionales y está relacionado con las deficiencias académicas. Además suscita mucha polémica por sus términos de privacidad, ignorados por la mayoría de sus usuarios habituales.

Este tipo de soporte alienta la interacción entre personas de todo el mundo, permitiendo compartir fotos, videos, comentarios y lo que se hace en cada momento. Se despojó así del contacto cara a cara, y se dotó a la amistad de una manera impersonal, virtual, ficticia y, sobre todo, cómoda de nacer, crecer y mantenerse.                                           
Estas redes sociales que sustentan afectos digitales se pueden volver un arma de doble filo, ofreciendo ventajas pero también inconvenientes.
LA AUTOCRACIA DE LA SOCIALIZACIÓN VIRTUAL
Si de éxito se trata, Facebook se lleva el gato al agua, es la reina de todas las plataformas de este estilo. El estrecho entramado de esta red ha conseguido atrapar a más de 250 millones de usuarios en el inmenso mar de internet, número que crece considerablemente cada minuto.
Su creador, Mark Zuckerberg, en 2004, mientras estudiaba en la Universidad de Harvard, lanzó esta web, limitada al entorno de su facultad. Cinco años después se ha convertido en el destino favorito en las bandas de conexión.
Lo cierto es que los estudios dicen que un usuario tipo de Facebook le dedica a su cuenta una media de 4 horas y 40 minutos, tiempo en que podría haber quedado personalmente con sus contactos, haber leído 95 páginas de un libro o haber hecho una cena para todos sus amigos.
No obstante, los creadores de esta revolución en auge no creen que “impidan el contacto físico o personal” sino que, “simplemente propician la comunicación, como sucedía ya en la época del chat”, como defendió Víctor Domingo, presidente de la Asociación Española de Internautas.
Twitter, HI5, Orkut, MySpace, Sonico, Friendster, Tuenti... son otros ejemplos que comparten similitudes y finalidad con los anteriormente nombrados. Buscan ganar el mayor número de seguidores y contar con el mayor apoyo posible. Son numerosas las personas que poseen una cuenta en estos portales, casos raros los que no disponen de una, y creciente el número de jóvenes dados de alta en diferentes redes a la vez.

UN ARMA DE COMUNICACIÓN

Las personalidades influyentes en la sociedad se han dado cuenta de que es imposible dar la espalda a esta realidad, y no solo pasan a formar parte de ella, sino que la utilizan en pro de sus intereses.
Ídolos de adolescentes como los Jonas Brothers mantienen cuentas en Facebook, MySpace y Twitter, ganando así popularidad entre la población más joven y dando la oportunidad a sus seguidores de interactuar con ellos.
Ashton Kutcher se entretiene colgando en su tablón de Twitter fotos de su mujer, Demi Moore, con la cabeza rapada a golpe de Photoshop, o dejándole pequeñas declaraciones de amor. El astronauta hispano José Hernández puso en marcha el primer Twitter bilingüe de la NASA.
Hernández, que viajará a bordo del Discovery en una misión a la Estación Internacional, comentó que el objetivo era “compartir las experiencias a través de esta moderna forma de comunicación”. El mundo de la política, en constante conexión con su electorado, no podía quedarse atrás.
¿En qué momento de la historia se pudo conocer qué hacía el mismísimo presidente de Estados Unidos en cada momento?, ahora se puede. Barack Obama, presidente de una de las naciones más potentes del mundo, es un activo “twittero” y edita una página propia en Facebook.
Gracias a esto podemos saber que Mill Davis o John Coltrane son dos de los autores cuya música gusta a Obama, que entre sus aficiones está “pasar tiempo con mis hijas”, o que "La Biblia" se encuentra entre sus libros favoritos.
No obstante, como es lógico, están sujetos a acuerdos especiales por motivos de seguridad. "Creo que vamos a apreciar un enorme aumento del uso de las redes sociales en internet por parte del Gobierno", señalaba el director de recursos de Internet y Desarrollo entre Agencias de la Casa Blanca, Bev Godwin. En España el PP (Partido Popular) creó una página para su líder, Mariano Rajoy, cansados de la proliferación de perfiles falsos con su identidad.

EL PRECIO A PAGAR

El pequeño mundo a escala construido por Facebook - extraídos sus efectos al resto de las redes sociales- pone en peligro, según expertos, el rendimiento académico, incluso pudiendo provocar trastornos emocionales. “Abusar de Facebook puede afectar al desarrollo de emociones humanas, así como a la compresión o la admiración”, es una de las conclusiones que arrojó un informe del Instituto del Cerebro y la Creatividad de la Universidad del Sur de California.
El estudio se enfoca al coste emocional de la gran cantidad de pesquisas publicadas en estos soportes. La mente humana es lenta procesando sentimientos como la compasión y la admiración, y, al recibir gran cantidad de información negativa sobre nuestros contactos, surge una especie de insensibilización. "Necesitamos un poco de tiempo y reflexión para procesar algunos tipos de pensamientos, especialmente la toma de decisiones morales sobre la situación física y psicológica de otras personas", dijo Mary-Helen Immordirno-Yang, una de las autoras del informe.
En otro estudio llevado a cabo por la Universidad de Ohio, constataron, tras analizar los resultados académicos de 200 alumnos, que la utilización abusiva de Facebook repercutía de forma negativa en el rendimiento escolar.
El experimento no pudo excluir otros condicionantes, sin embargo Aryn Karpinski, responsable del informe, manifestó que "no se puede afirmar que Facebook haga a un estudiante estudiar menos o lograr peores notas, pero está relacionado de alguna forma y hay que mirar este problema más a fondo”. No acaban aquí las piedras en el camino de estas redes.
La privacidad y la política de datos han suscitado algún que otro debate. Las fotos que se suben, despreocupadamente, pueden ser vistas por nuestros contactos al igual que los datos personales, como el teléfono, dirección de correo, edad, preferencias... este tipo de información es un suculento manjar, muy demandado por empresas, que basan en ella sus programas de "marketing" y venta. A principios de este año, saltó la liebre en Facebook.
Esta compañía modificó los términos de privacidad, que se aceptan al crearse una cuenta, y en los que casi nunca se repara. Por los cambios introducidos, Facebook tenía todos los derechos sobre lo publicado en su página, incluso después de haberse dado de baja.
Esto fue denunciado por el "blog" estadounidense “Costumerist”, provocando numerosas protestas por parte de usuarios. Facebook recapituló y volvió a sus anteriores términos de uso, dejando, sin embargo, una gran duda sobre los riesgos de las redes sociales.
Siguen atrapando a millones de personas en todo el mundo, acompañadas por teorías como la de los seis grados de separación –defiende que cada persona está conectada con otra desconocida por no más de siete intermediarios–, estos soportes se utilizan para contactar con amistades, crear nuevas relaciones con desconocidos o saber qué hace el vecino.
La discusión de si están acabando con los modelos tradicionales, o no, sigue abierta, mientras surgen nuevos soportes y se expanden incontrolablemente los ya existentes.
Enlace articulo original: http://www.prensa.com/Actualidad/tecnologia/20091112-Te.asp

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