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domingo, 20 de mayo de 2012

¿Quién necesita un título cuando puede aprender gratis en Internet?

Una niña repasa una lección de sumas en su escuela de Mongolia. | Foto: Khan Academy
  • Sitios como Khan Academy, Code Year o TED-Ed suman millones de estudiantes
  • Todos tienen en común que son gratis, fáciles y con un carácter muy práctico
  • Sus alumnos buscan aprender por encima de un diploma que colgar en la pared
  • Universidades como Stanford, el MIT o Harvard también exploran este terreno
Sergio Rodríguez | Madrid
Estudiar por el placer de aprender es la diferencia entre seguir una enseñanza reglada y formarse por iniciativa propia sin el objetivo de obtener un título a cambio. En el primer caso basta con ir a un centro educativo y pasar unos exámenes con el único estímulo de recibir un certificado. En el segundo el estudiante no se conforma con tan poco, sino que aspira a dominar la materia hasta poder aplicarla con maestría en su vida y su trabajo.
Aunque pueda parecer extraño, cada vez más gente opta por lo segundo, sobre todo quienes con un título en sus paredes quieren ampliar sus conocimientos. Y al igual que aumentan los estudiantes interesados crece la oferta educativa: Khan Academy, TED-Ed, Code Academy o EdX son algunas de las iniciativas que se han convertido en referencia de este nuevo modelo de enseñanza. Sistemas que han hecho de Internet su pizarra y donde alumnos y profesores se confunden, ya que el objetivo es compartir tanto el conocimiento como el tiempo necesario para transmitirlo.
Son casos como el de Rodrigo Martínez, que decidió seguir las clases de Code Year para ampliar sus conocimientos de programación de páginas web: "Es perfecto para obtener un conocimiento general que te permita después profundizar". O el de José María Mateos, quien está apuntado a dos cursos, uno de diseño de programación en Udacity.com y otro de Criptografía de la Universidad de Stanford. "En un par de horas se cuenta más en ellos que en un par de semanas con los profesores que 'sufrí' en la carrera", explica. Ambos estudiantes tienen en común una titulación superior, trabajo fijo y la inquietud suficiente para no estancarse en su formación, además del nivel de inglés necesario para poder seguir los temas.
El éxito del profesor Khan
De todas las nuevas 'escuelas' que han surgido en la Red, Khan Academy es sin duda la más destacada. Un sitio web donde se pueden adquirir conocimientos científicos, financieros o históricos desde un nivel básico a uno avanzado. Su objetivo, como explica Minli Virdone, responsable de estrategia, es "crear una educación libre y mundial para cualquiera, en cualquier parte".
La academia toma el nombre de Salman Khan, su fundador e impulsor. Este profesor estadounidense arrancó el proyecto en 2004, cuando tuvo que ofrecer una tutoría a distancia a un familiar sobre un problema de matemáticas. Al principio lo hizo por teléfono y con una simple pizarra en red. Pero después más personas le pidieron ayuda y decidió publicar vídeos con sus clases en YouTube. Desde entonces, en Khan Academy se han publicado más de 3.200 grabaciones apoyadas por una comunidad de estudiantes, profesores y voluntarios que pueden desde analizar sus progresos hasta preparar un plan de estudio diario o conseguir 'chapas' virtuales con sus logros.

"Todo el mundo debe tener la posibilidad de sacar sobresaliente"
Minli Virdone, responsable de estrategia de Khan Academy
Como destaca Virdone, su idea es que la enseñanza debe ser "individualizada, a un ritmo propio y basada en el dominio de cada tema". No sólo se trata de dar flexibilidad al estudiante, sino de lograr que no pase por las materias de puntillas como a veces ocurre en la escuela tradicional: "Todo el mundo debe tener la posibilidad de sacar un sobresaliente. Algunos estudiantes necesitan dos días y otros dos semanas, pero es fundamental que todo el mundo tenga la oportunidad de hacerlo», añade.
El éxito de esta plataforma -más de 145 millones de vídeos reproducidos y 4,7 millones de usuarios mensuales en abril de 2012- demuestra que hay tantas personas dispuestas a aprender como preparadas para compartir sus conocimientos. Otra prueba de su potencial es que se haya constituido como una organización sin ánimo de lucro y que cuente con trabajadores como John Resig -desarrollador de jQuery- o Craig Silverstein -el primer empleado de Google después de sus fundadores- financiados de forma desinteresada, entre otros, por Google y la Fundación Bill y Melinda Gates.
La clave de Khan Academy no es su plataforma de aprendizaje, que sería fácil de replicar, sino la calidad de su contenido. Los 'reyes' son sus vídeos, que elaborados por Salman Khan y sus colaboradores hacen del aprendizaje algo sencillo. Tanto que diversas escuelas tradicionales de San Francisco van a introducirlos en las aulas para analizar si merecería la pena llevar a cabo una adaptación completa.
"Podemos hacer mucho más, mejorar la cantidad y la calidad de nuestro contenido y mejorar nuestra plataforma para facilitar la experiencia de aprendizaje", resalta, inconformista, Virdone. Su próximo paso será publicar clases de medicina en colaboración con la Universidad de Stanford para aligerar las sesiones de lectura universitarias. Un paso más hacia un cambio que, según Khan Academy, acaba de empezar y debe hacer que "el contenido educativo sea gratuito".
Remezclar para enseñar

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